En 2014 se publicó, en castellano, el primer libro del periodista y documentalista británico Thomas Harding, Hanns y Rudolph, un apasionante libro sobre la caza del Comandante de Auschiwtz, Rudolph Hoss, en la que estuvo implicado el padre del autor “el Hanns del título”.
Este segundo libro nos cuenta la historia de un tiempo, el que va de la Primera Guerra Mundial hasta 2014, en un pueblo junto a Berlín, Gross Glienicke, a través de la casa de vacaciones que construyó el abuelo del autor, médico de un cierto prestigio, a finales de los años 20. Una casa modesta, de madera, de una sola planta frente a ese lago, para disfrutar de las vacaciones y los fines de semana. Pero la felicidad se ve interrumpida con la ascensión al poder del nazismo ya que esta familia es judía y se ve obligada a abandonar la casa y el país antes que llegue la persecución y el internamiento en un campo de la muerte como Auschwitz.
La historia que nos cuenta Harding es la de la casa y de quienes la habitaron desde su construcción hasta nuestros días. Familias distintas con necesidades que hacen que la casa vaya cambiando su aspecto y decayendo ante el abandono. Un pueblo que pasa de la Alemania nazi a la Alemania comunista dominada por la URSS. Vemos cómo cambian las vidas, como se construye el muro que divide Europa e impide el acceso al lago, que queda atravesado por el muro, y como cae éste en 1989.
Una historia de la que aprender y en la que podemos reconocernos, ya que las vidas de la gente no son tan distintas en el centro de Europa o en España. No es necesario construir muros físicos para separarnos a unos de otros.
En resumen, una historia muy bien contada que forma parte de la gran historia de la Europa del turbulento siglo XX de la que parece que no hemos acabado de aprender, basta con mirar hacia el este, donde, una vez más, la población de Ucrania sufre por la invasión rusa.
