GARCÍA PIEDEHIERRO, LUIS
Luis es honestidad. Lo conozco desde hace años y sé que sus poemas lo re?ejan ?elmente, son su espejo. Luis es un hombre bueno, sensible, que a la hora de escribir solo sabe disparar a quemarropa. No le gusta quedarse esperando a ver qué pasa ni se recrea dando vueltas innecesarias alrededor de las palabras. No lo necesita porque escribe desde el corazón y, por eso, sus poemas solo pueden ser leídos del mismo modo: desde el corazón. En él no hay impostura ni grandilocuencias perseguidas, es todo verdad. Eso hace que estos poemas no sean aptos para aquellos que leen con la cabeza ni para quienes solo se emocionan con la poesía que busca los altares. Su poesía es pan para la gente, es cercana y no tiene barreras arquitectónicas, es amable, toma a la belleza de la mano, aquella que surge de las emociones más puras y limpias y la conduce hasta ti. Por eso estos poemas se llevan tan bien con los jóvenes. Ellos entienden esta poesía y esta poesía los entiende a ellos, viajan juntos en el carromato de la emoción. Y es que eso es su poesía, auténtica emoción y, por supuesto, emoción auténtica.
Marwán