REEVES, KEANU / MIÉVILLE, CHINA
«Necesitábamos una herramienta -dijo ella-. Así que se la pedí a los dioses».
Siempre ha habido rumores, leyendas, el guerrero que no puede ser asesinado, que ha visto mil civilizaciones levantarse y caer, el guerrero de incontables nombres: Unute, el Hijo del Rayo, la Muerte misma... A quien en estos días se le conoce simplemente como «B».
Y él sólo anhela ser capaz de morir.