SAMPEDRO, JOSÉ LUIS
Un escritor reconocido. Un poeta desconocido. Este es un libro fruto del desorden y superviviente de las mudanzas, como reconoce Olga Lucas en su introducción a este texto. Después de varios años de un laborioso y exhaustivo proceso de revisión de los documentos que José Luis Sampedro dejó tras su fallecimiento en 2013, aún quedaban algunas cajas por explorar, que albergaban uno de los secretos mejor guardados de su autor. Sabíamos que fue un novelista extraordinario, un prestigioso economista e intelectual, y ahora, gracias a este maravilloso hallazgo, descubriremos que también fue un magnífico poeta aunque muy pocos supieran de su vocación. La poesía llegó a su vida en un momento clave y supuso el despertar de su voz literaria, una pasión que no abandonó hasta el final de sus días y por la que sentía un enorme respeto. Movilizado en el frente -en ambos- pasó la Guerra Civil siempre acompañado de su diccionario y su libreta, la primera que acogió sus versos sencillos, elegantes y humanos, a la que seguirían otros cuadernos, folios escritos a mano o mecanografiados, corregidos sin cesar a lo largo de toda su vida y guardados en un sobre con la anotación Días en blanco. Este libro reúne cincuenta años de creación inédita y constituye una pieza esencial para entender el legado de su autor. Ahí reside la magia de este afortunado reencuentro con una faceta desconocida de nuestro querido José Luis Sampedro. « En su poesía está José Luis Sampedro. En estado puro. Con toda su complejidad. Con toda su humanidad. Con todo su compromiso, con su tiempo y consigo mismo. Con toda su genialidad.» José Manuel Lucía Megías *** Este será mi premio y mi victoria. Que una tarde, al leerme, necesites buscar entre las páginas, una rosa olvidada, que no existe. Y al no encontrarla, silenciosamente, te asomes angustiado a la ciudad, y veas, por vez primera, que el acero y los hombres son ceniza. Que la brisa es un río de palabras marchitas. Que siempre que se mira bien el mundo se asiste al acabar de alguna cosa. Y que a pesar de todo, muy en el fondo, inexplicablemente, es hermoso ser hombre hacia la muerte.