HERNÁNDEZ PALACIOS, ESTER
Cuando nació mi hermanita Beatriz, mi familia se agrandó y nos convertimos en seis, o siete, si contamos el cromosoma de más con el que ella nació. Desde ese momento hemos tenido que cuidarla como si fuese una bombonera de cristal. Aun así, sin ella, nuestra casa no sería la misma.