PRIMO JURADO, JUAN JOSÉ
Tan solo treinta años de vida, trece de ellos consagrados a su profesión de matador de toros, bastaron a Manuel Rodríguez Sánchez, Manolete, para convertirse en uno de los mejores diestros de la historia, para fijar un antes y un después en el arte del toreo y alcanzar la categoría de mito universal. Su figura escueta y sobria y su carácter seco y adusto se convirtieron en icono de Córdoba, aun siendo en vida su ciudad la más crítica con él y con su arte.
Sea como fuere, no cabe entender la vida de Manolete sin Córdoba; entre los principales personajes con los que desde fuera se relaciona a la ciudad, figurará siempre él. En este libro, junto al análisis de su vida y drama, y el estudio de personajes como su madre doña Angustias y su novia Lupe Sino, Juan José Primo Jurado nos describe magistralmente cómo era esa Córdoba que admiró, criticó y, finalmente, amó sin reservas a Manolete.
La Córdoba de entre 1936 y 1950 sigue a La Córdoba de Julio Romero de Torres, también narrada por Primo Jurado en un anterior título de Almuzara. Es la Córdoba de la guerra y la posguerra, con sus tragedias y miserias, del nacionalcatolicismo y la interminable sucesión de alcaldes y gobernadores civiles, pero también de unos cordobeses que luchaban por salir adelante tras apagarse los rescoldos del enfrentamiento entre hermanos. Es la Córdoba del resurgir de la Semana Santa con diez nuevas hermandades, de las tardes del coso de los Tejares, de las noches en los cines de verano, de las carreras de motos en el Paseo de la Victoria y los primeros partidos en el estadio del Arcángel. Del ambiente mundano de la calle de la Plata y el postureo en el Bar Dunia. De hechos espeluznantes como el crimen de la calle San Pablo, o simpáticos como la visita del doctor Fleming. Y de grandes historias como las de la Librería Luque, la obra social del obispo fray Albino o el surgimiento de Cántico.
Juan José Primo Jurado, que tiene en su haber obras tan conocidas como La Córdoba de Julio Romero, Paseando por Córdoba, Teoría del séneca cordobés, Córdoba ciudad eterna o Iglesias de Córdoba, da con este libro un paso más en su análisis histórico y sociológico de la ciudad, retratando ahora con maestría a su mayor símbolo, Manolete, y la etapa más difícil de su historia. Una Córdoba de patio regado, pijama y mecedora, continuamente el ojo en el tragaluz que acecha y la mirada tras la persiana. Quizás, en el fondo, no tan distinta de la de tiempos más recientes.