LUCENA GIRALDO, MANUEL
La mayor colonización urbana protagonizada nunca por Occidente tuvo por objetivo el continente americano durante la Edad Moderna. En su etapa inicial, hasta las Ordenanzas de 1573, se manifestó en la edificación de la ciudad de los conquistadores, expresión simultántea de la voluntad utópica del renacimiento europeo y de la realidad del Nuevo Mundo, hostil al encasillamiento e inventora de mestizajes. Pero fue a finales del siglo XVI cuando las emergentes metrópolis criollas, con México y Lima en primer lugar, empezaron a hacer de la construcción cultural y simbólica barroca su verdadera identidad. Ante la fortaleza inigualable de su fábrica material y universo referencial, los intentos del racionalismo ilustrado apenas lograron esbozar nuevos espacios de sociabilidad y representación. Así, mientras las ciudades de la América Hispánica crecían en riqueza y complejidad, se adivinaba el horizonte de la independencia y con ella una nueva era de libertad republicana, que también nació y acabó por realizarse bajo el indeleble signo de lo urbano.